Anàlisis psicoanalìtico del FILM Lars and The Real Girl.

SINOPSIS FILM
La película nos presenta al protagonista, Lars, un personaje que vive recluido en el garaje de su casa y a quien literalmente le duele el contacto con los otros. A Lars parece gustarle una chica (“Margo”) con quien comparte diferentes espacios: el trabajo, la iglesia. Pero frente a sus invitaciones a estar juntos, Lars no puede responder. En cierta ocasión, su compañero de trabajo le muestra a Lars una página web de encargo de muñecas de plástico para adultos en tamaño natural. A Lars aparentemente parece no importarle. Una noche su cuñada empecinada en que Lars vaya a cenar a la casa, se le echa encima cayendo los dos al suelo. Este contacto parece perturbarlo, y semanas después encarga la muñeca presentándola a su hermano y su cuñada como Bianca, su novia “mitad danesa y mitad brasileña”. Karin, su cuñada, interviene aquí frente a la desesperaciòn de Gus, el hermano de Lars, y la preocupación de Lars respecto a “cierto cansancio de Bianca”, en una necesaria consulta a una analista. La Dra. Berman dirige el supuesto tratamiento con Bianca en función de los dichos de Lars. Finalmente Bianca enferma y muere. En el velatorio de Bianca, Lars logra invitar a salir a pasear a la chica que le gusta.
DESARROLLO
                                                                            “Alea iacta est”
(Palabras de Julio Cèsar al momento de cruzar el Rubicòn)
    Si hablamos acerca del estatuto de un acto, nos estamos refiriendo a una decisión tomada por fuera de los otros y por fuera del campo de la moral[1]. El acto nos confronta con el ser-para-la-muerte heideggeriano. Y si nos preguntamos acerca de las implicancias del acto, estamos bajo las coordenadas de la castración simbólica y la aceptación de la lógica del no-todo. Esta decisión que situamos màs allà del síntoma, descubre un sujeto velado por las certidumbres yoicas. Asì emerge el sujeto de la enunciación que Freud sitùa bajo la máxima “Wo es war soll Ich werden”: Allí donde ello era, el Yo debe advenir. De este modo, Freud interpela la responsabilidad del sujeto frente a su acto, y por lo tanto su deseo, refiriéndose no a la sustancia del Sujeto, sino a su singularidad en acto. Esa responsabilidad enlazada a la castración, comporta un circuito que podemos dividir en tres tiempos y que se despliega en un análisis, tal como se esboza a través de toda la trama fílmica en “Lars and the real Girl”. Comencemos situando un tiempo primero, “tiempo en el que se realiza una acción determinada en concordancia con el universo de discurso en el que el sujeto se halla inmerso y que se agota en los fines para los que fue realizada”[2]. Es en este tiempo que situaremos una acción concreta llevada a cabo por Lars: la compra de la muñeca (“The Real Girl”) y su presentación a la comunidad familiar y político-social con determinados fines, que la analista elucidarà: “Puede ser su forma de comunicarse o de solucionar algo”. Acción que se ubica en el campo de lo singular, porque produce una novedad; novedad que toma cuerpo en Bianca, su nueva novia de plástico, y que ademàs exige la expansión del universo. Su entorno familiar, incluso la comunidad, acepta a Bianca incluyéndola en la cotidianeidad. Se evidencia así la expansión de dicho universo al insertarla dentro del campo de lo particular, èsto es, en los códigos de grupo. Un ejemplo observable lo encontraremos en la escena en que Bianca les lee un cuento a los niños de una escuela  mediante un radio grabador que reproduce una cinta. Tambièn se sitùan dentro de este primer tiempo los dos movimientos de la ética: el primero en el que se indaga acerca del "qué se deberia hacer", pregunta que tiene lugar en la consulta del hermano y la cuñada a la psicóloga. Ellos intentaràn situar el problema en una suerte de estado del arte. El segundo movimiento se evidencia en una nueva dinámica producida dentro de la comunidad dada la singularidad de la situación. No hay un conocimiento disponible para el trato con una muñeca simulando una supuesta humanidad, pero es la misma comunidad la que incluye a Bianca apelando al juego y el fantaseo. La acción llevada a cabo por Lars en este primer tiempo emerge de la grieta entre Necesidad y Azar, surge desde su vacancia e inaugura el circuito de la Responsabilidad Subjetiva. ¿A què nos referimos aquí cuando hablamos de Necesidad? Otro nombre para Necesidad serà Destino; Juan Carlos Mosca nos hablarà de Determinación. La Necesidad debe ser entendida situacionalmente, como aquello que rige por fuera de la intervención del sujeto en situación: Lars no puede modificar su herencia trágica. Su madre ha muerto al momento de su nacimiento; llegada al mundo coronada por cierto matiz fatalista, configurando de alguna manera su fantasma y su ser-en-el-mundo, revestido por un parapeto fòbico. Este suceso necesario decretarà además los modos de vínculaciòn frente a los subrogados maternos y la elección de objeto amoroso. Pero ahì donde rige la Necesidad, el diablo mete su cola. El azar emprende la jugarreta precisa en tiempo y lugar. En este caso, se trata de la escena en la oficina, en la que un compañero de trabajo le comenta a Lars acerca de una nueva modalidad de “chicas” que pueden encargarse vía página web, y que pueden ser personalizadas. A Lars parece no importarle demasiado. Es en este momento en el que aparece en escena Margo, su compañera de trabajo, quien lo invita a “compartir el auto al trabajo”. Lars se inquieta, no puede implicarse en el diálogo con ella y escapa de la escena “yendo por un café” sin siquiera mirarla. Quiso el diablo-azar que el comentario acerca de “las chicas reales de plástico” coincidiera con el momento de la aparición de Margo y consecuentemente se produjera la emergente vergüenza de Lars frente a una mujer verdaderamente real o (¿Frente a lo Real de La Mujer?...) Es además esa misma noche, que Lars es interceptado por Karin, su cuñada, quien lo invita a cenar. Frente al intento de escapatoria de Lars, Karin se echa encima de èl, evitando su huida y lo abraza, tocàndolo. Lars le pide que lo “libere” y finalmente acepta cenar con ellos. Unas semanas después, arriba el camión de correo que trae como encargo la muñeca. Lars la presenta a su hermano y su cuñada como Bianca, su novia “mitad brasileña, mitad danesa”. Este primer tiempo lo pensaremos como una re-ediciòn de la primera posesión del “no-yo” sobre la que hipotetiza Winnicott respecto a su teoría del Objeto Transicional. Hay una búsqueda del lìmite, del afuera, adentro. Tiempo que dialectiza con una posiciòn del ser de la testarudez, obstinado y conciente de lo que hace y dice. Lars realmente cree en Bianca y ha configurado una realidad virtual que cobra forma de lo verdadero de su realidad psíquica. Como sabemos, “toda la obra de Freud es la reintroducción de la cuestión de la verdad, del sujeto que falta a ese saber. La realidad del síntoma no concierne sino a los modos singulares de replantear la relación de un sujeto con el saber”[3]. Este tiempo 1, la acción de encargo y consiguiente presentación de Bianca al entorno familiar, será re-significado por un tiempo 2, tiempo que se sobreimprime al primero y en el que se produce una interpelación del sujeto: “Algo anduvo mal”. Es el tiempo del exceso en lo acontecido, en el que lo particular se quiebra emergiendo la pregunta por el Che Vuoi?, la pregunta por el deseo. Se demuestra la incompletud del Universo  y se devela la lógica de la castración. Es así que situamos un tiempo 2 como el momento en el que Bianca “enferma” y muere. Resaltaremos en este tiempo la relevancia de la posición de la analista y la transferencia con Lars mediatizada imaginariamente por la muñeca. Situaciòn que posibilitarà, por la intervención de la Dra. Berman, la dirección de la cura desgajando el síntoma de sus diversos sentidos hasta llegar al núcleo de goce, a su real, aquello que el inconciente de Lars insiste en tramitar. Es Lars quien enferma a Bianca y la expulsa de su realidad declarándola muerta, provocando que èsta abandone la escena de su propia ficción psíquica. La analista se referirà respecto de la muerte de Bianca: “Yo no permito que pase, es Lars. Siempre ha sido èl” situando la responsabilidad del sujeto frente a este universo particular que ahora se resquebraja y re-significa el tiempo 1, el tiempo de la intencionalidad y búsqueda de ese “algo” que facilite una solución. Volviendo a Winnicott, veremos que entre el tiempo 1 y 2 se produce una zona intermedia entre la actividad creadora primaria y la verdadera relación de objeto. En este tiempo segundo el objeto transicional sufrirà el destino de su descarga gradual, se juega el papel del duelo, y con ello pierde significación para el sujeto. Se trata de un duelo simbólico estigma de la castraciòn. Se abre el agujero real que quiebra el universo particular, aquel que sostenía al sujeto guiándolo en sus acciones, y se produce en acto la emergencia de una singularidad,  una respuesta del sujeto que advierte su cambio de posición. “Es el plano de la existencia yoica que se ve atravesado por el del deseo”[4]. Lars a quien entonces habrìamos situado hasta entonces en el lugar del Esclavo, produce un efecto sujeto y deviene Amo respecto de su ser-para-la-muerte. “Mata la cosa”, y cede a su deseo, que se desliza entre significantes. Es ahì donde situamos un tiempo tercero: Lars invita a salir a pasear a Margo, la chica efectivamente real. Asì logra producir como sujeto, el efecto de tocar a una mujer y ser tocado por el otro asumiendo de esta manera la castración simbólica y el no de la relación sexual. Esta singularidad quiebra el Universo de Lars y lo amplìa: ahí donde no podía confrontarse con su deseo, Lars responde, subjetiva el ser-para-la-muerte que implica la dimensión de acto. Es culpable por haber cedido a su deseo. El efecto sujeto serà su escansión: Escisión del sujeto del fantaseo y del sujeto responsable de su acto. Èl es Bianca para dejar de serlo y ser por fin Lars deseante.
    Para finalizar, recordemos las palabras de Lacan: “El estatuto del inconsciente, que como les indico es tan frágil en el plano óntico, es ético.” (…) Despuès de todo, no se trata de otra cosa que cruzar el Rubicòn
                          

BIBLIOGRAFÌA
D`Amore, O. (2006) “Responsabilidad subjetiva y culpa” en Clìnica y Deontologìa. Letra Viva. Buenos Aires
Dominguez, Ma. E. (2006) “Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis” en Clìnica y Deontologìa. Letra Viva. Buenos Aires
Jinkis, J. (1983) “Lo que el psicoanálisis no enseña”. Lugar Editorial. Buenos Aires
Mosca, J.C: (1997) “Responsabilidad: Otro nombre del sujeto”. En Ètica. Un horizonte en quiebra. UBA
Winnicott, D.W.: (1971) “Objetos transicionales y fenómenos”. En Realidad y Juego. Gedisa Ediciones. Buenos Aires.







[1] Ariel, A.: (2001) “La responsabilidad ante el aborto” Clase teórica.
[2] Dominguez, M.E.: (2006) “Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis. En Clìnica y Deontologìa. Vol I. Letra Viva, Buenos Aires.
[3] Jinkis, J.: (1987) “Vergüenza y responsabilidad. En Conjetural Nª13. Sitio Ediciones, Buenos Aires.
[4] Dominguez, M.E.: (2006) “Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis. En Clìnica y Deontologìa. Vol I. Letra Viva, Buenos Aires.


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